lunes, 8 de octubre de 2007

El gato que no podia dormir 2


Como decía Lucas y Peco se fueron de mi vista a las 18:40 horas del 12 de junio.
Lucas y Peco caminaban juntos a un ritmo casi sincronizado tanto así que podías sentir su respiración.
Ambos eran tan bellos que la gente no podía diferenciar lo que eran, algunos decían que estoy teniendo alucinaciones un gato y un perro juntos caminando por la calle que imagen tan vella y tan pacifica, en ese momento ver a los dos era un ejemplo de amor para todos los seres vivientes.

Luego de haber caminado dos distritos Lucas y Peco se detubieron para descansar un rato, momentos después decidieron continuar su rumbo hacia la nada, para nosotros la nada significa perdición etc, pero para un perro y un gato la nada debe significar otra cosa derrepente un sitio para animales derrepente ellos querían ir ahí. Habrían caminado por lo menos unas 14 horas y empeso a llover Peco y Lucas pararon y se acurrucaron en un caja forrada de papel crepe y lustre...

Al día siguiente Lucas despertó a Peco y continuaron con su viaje pero ellos se sorprendieron al ver la diferencia de la gente en el día y en la noche. Los dos pensaban en su mente:
La gente caminaba casi sin verse, caminaba en un rumbo fijo no le importaba nada ni nadie, sólo su rumbo, así los dos siguieron su viaje. Un señor al verlos les dió un plato con comida y agua. Luego claro después de comer tan rico. Se dispusieron a dormir.

Ya en la noche Peco estaba llorando y Lucas con la intuición innata de los gatos le pregunto. - ¿Porqué lloras?
Y peco le contestó voy a morir Lucas.

-Ah no te preocupes mientras estés conmigo no te va a pasar nada. Luego se calmo y
se preparó para su último tramo del viaje.

A las 10:00 de la noche reanudaron su viaje y en eso Peco a pesar de que era un perro sabio no podía dejar sus instintos de perro y se puso a corretear un auto. Lucas que lo había visto se puso a corretear lo pero Peco corría más rápido que Lucas
y al final no pudo alcansarlo y vio como su amigo moria atropellado por otro carro, todo parecía como si se hubiera detenido el tiempo, pero al final nadie pudo salvar a Peco. Lucas lo olia, lo empujaba con su pata, pero no podía hacer nada. Peco había muerto y Lucas no podía hacer nada.
Entonces se quedó cuatro horas llorando y cuando Lucas se calmo se dijo así mismo:
Yo tomo tu nombre y desde esa noche ya no respondía al nombre de Lucas sólo al de Peco. Luego dos hombres al apiadarse de ambos se lo llevaron a su casa uno para ser enterrado y el otro para dormir.

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